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Mostrando las entradas de diciembre, 2022

Los panes y los sueños

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Este texto se publicó en la antología Cuento Hidalguense Vozabisal de 2019. La temática fue del día de muerto y escribí sobre una ofrenda. Los panes y los sueños   Desde niño, de todas las celebraciones la que más recuerdo es la de Día de Muertos. Lo que más llamaba mi atención era el altar y   el cuidado que mi abuela ponía en este trabajo. A cada una de las veladoras le escribía el nombre de alguno de nuestros difuntos, que no eran pocos, se hacían dos hileras y yo me preguntaba ¿tendremos tantos muertos?      La comida que se ponía me hacía agua la boca, porque además de ser bastante, era muy sabrosa.   Afortunadamente a nosotros nunca nos faltó el alimento, pero a uno de mis amigos sí, varios años mientras mi familia dormía me robaba un poco de guisado y unos panes que le compartía porque siempre traía un vacío en la barriga. Debo de confesar que muchas veces guardé uno de esos panes para mí, porque el sabor es único, la trenza rosa con azúcar arriba, el otro color café que a lo la

Te presto mis ojos

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Este cuento se publicó en 2018 en la revista Nuesta Gente. En 2020 aparece en mi libro En esta parte del mundo. Habla sobre el amor que se puede encontrar en cualquier lugar, en este caso, una cafetería.  Para Aridni por su sonrisa     Te presto mis ojos     Su piel morena y única resaltaba en el recinto de paredes azules. El olor a café recién hecho despertaba a todos, pero la mañana sólo cobraba sentido al verla sonreír, simplemente porque iluminaba el día. Así fue como la conocí. El lugar se ubica en el centro de la ciudad, es agradable y cómodo. Observando un poco, te das cuenta que el aroma a café, la música y pintura juegan en ese sitio. Llegué ahí por casualidad; estaba caminando mientras pensaba en lo cotidiano hasta que algo llamó mi atención. Al entrar me transporté a un espacio encantador, me senté y entonces la vi; estaba atendiendo la mesa de al lado y pensé que el gesto que hacía antes de reír era igual al cielo un segundo antes de la lluvia. Seguí sus pas

Luna cuadrada

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Este cuento es del 2013 y se publicó por primera vez en mi libro Cuentos Proletarios y años después en el blog del Círculo de Narrativa Tolteca.  Habla sobre la majestuosa Ciudad de México.  Para vos, Reina  Luna cuadrada   Dejaste la tierra de los gigantes y llegaste al caos, encontraste una vida completamente nueva, lo supe desde el principio. Vi varias veces cómo te metías en el metro, ese lugar en donde dicen que hay niños descalzos vendiendo chicles, ruido insoportable y la democracia más fiel, porque casi todas las clases sociales conviven con el calor y los gritos. Aquella vez tarareabas una canción, otras,  pensabas en aquella poesía de Mario, “Porque te tengo y no, porque te pienso, porque la noche está de ojos abiertos, porque la noche pasa y digo amor…”, pero siempre te veía con una sonrisa. A veces el smog no me deja ver la puesta de sol y otras es majestuoso ver la tarde de colores imposibles. De aquel lado se encuentran los edificios nuevos, la otra vida reservada para un

Se dirán mentiras

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  Este cuento se publicó en la antología Nuevas Letras Toltecas en 2018.  Una tarde en una banca del jardín de Tula, Hidalgo, México.  Para los enamorados que se besan  en las bancas de los parques Se dirán mentiras Lo sé ahora, lo sé con la certeza del andar de los ciegos. Lo harán, no hay duda, por la simple dialéctica del tiempo, del abismo que existe en todo ser humano. Se dirán mentiras y no es la voz recelosa ni estúpida del tiempo pasado.      Esa tarde caminaba sin rumbo fijo, eran las cuatro y desde la calle en la que me encontraba se podían ver los Atlantes. Era una tarde calurosa, el verano había comenzado. Me dirigí al jardín pues realmente no tenía a donde ir en ese momento. Caminé y me detuve justo a la altura de la parte de atrás de la Catedral, observé las paredes oscuras producto de la lama, contemplé los bloques que forman las paredes, casi veía las manos constructoras, manos indígenas. Las palomas me miraban aburridas, la gente iba y venía, pero yo estaba  contemplan

Me quedo contigo

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Este cuento se publicó por primera vez en la Revista Argo, No. 2, agosto, 2014 y dos años después en mi libro Cuentos Proletarios.  Para ti, porque sigo soñándote y me miras desde lejos   Me quedo contigo     Por aquel entonces trabajaba en la casa de Jesús Silva. Todo el día era dar de comer a los animales, cortar   alfalfa, sacar agua del pozo, limpiar el coral y el establo, puro trabajo. Más por una broma del destino que por verdadera convicción aprendí a leer y a escribir. A pesar de las duras tareas, cada vez que podía dedicaba un poco de tiempo a escribir todo lo que me viniera a la mente. El patrón se dio cuenta que yo no era como los otros peones, me fue quitando carga pesada, para darme carga ligera, pero igual de pesada. Le escribía informes sobre la hacienda, las ventas y las compras, las cartas para los   hacendados, todo lo que tuviera que ver con letras y números.   No todo era malo, ya no me la pasaba de sol a sol. Comía un poco mejor, lo que me molesta

Amor de madre

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Este cuento es el resultado de un evento muy trágico que me platicaron. Fue publicado en la Revista Alcantarilla. https://revistaalcantarilla.wixsite.com/inicio/post/amor-de-madre-por-carlos-ramos Amor de madre   Ay, hijito, todavía no comprendo por qué lo hiciste. Siento un vacío en el estómago cada que me acuerdo. Ya pasaron cuatro años, pero duele como si hubiera sido ayer, sé que tenías tus razones, no soy quién para juzgarte, aun así, una pena se anida en mi corazón. Hoy te voy a llevar tu comida favorita, aunque sea para que la huelas, ahí me voy a quedar contigo un rato, ¿qué otra cosa puedo hacer? Si vieras cuánto he sufrido, <<madrecita, discúlpeme por este disgusto, era algo que tenía que hacer, ya no podía más>>. Usé todo el dinero que dejaste, te lo he dicho en otras ocasiones, sé que todo lo tenías planeado, no querías estar aquí y te hiciste cargo de tu propio funeral, hasta de la banda que tocó mientras te estábamos sepultando, fregado muchacho. A m

El amor y los dulces

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Este cuento es el resultado de estar sentado en una banca de cualquier parque. Fue publicado en el séptimo número de la Revista Campos de Plumas.   https://camposdeplumas.com/2020/10/29/el-amor-y-los-dulces/ El amor y los dulces   La verdad ese muchacho ya me tenía harto. No es que me caigan mal los jóvenes, pero ése en específico, sí. Primero llegó muy simpático a vender sus dulces y para tratar de alejarlo y no quedar mal con la acompañante, una moneda de 10 pesos se interpuso. El comerciante la vio, pero no le bastó porque hizo una mueca de es muy poco, quiero más, y eso de que se la ofrecía sin nada a cambio, acaso un poco de privacidad. Pero no se fue. ―Está muy bonita tu gorra ―dijo mientras intentaba tocarla. ―Déjanos en paz, por favor. Ya te di la moneda. ―Esas papas que están comiendo se ven bien ricas ―estirando la mano para tomar una. En serio, ya me tenía harto. No se iba y la compañera al principio reía al ver la cara de angustia, se le hacía muy chistoso qu

¿A mí quién me ayuda?

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  Este cuento es de 2019, fue publicado en el primer número de la revista Awita de Chale.  https://drive.google.com/file/d/11u-cLsYv3Z9hvHluARv0oME5n_iepgPO/view El surrealista transporte público del Estado de México.  A mí quién me ayuda?   Sí, jefe, así como lo narro pasó. Sí, sí, así fue. Sí, llevábamos como diez minutos de salir del paradero de la 30-30. Sí, se subió en el primer puente, me dio mala espina, pero, ¿qué se le hace, jefe? No le puedo negar el servicio a nadie. Sí, jefe, ahí quedó grabado en la cámara. Sí, el otro se bajó más adelante. No, jefe, estos dos no se conocían, eso es seguro. Aunque fíjese que se parecían mucho: gorra con visera plana, pantalón de mezclilla entubado, tenis blancos, la sudadera con gorro. No, jefe, ahora que lo pienso hasta parecían hermanos, pero bueno, todos esos se parecen y véale las cejas, igualitos. Sí, jefe, la combi venía llena, diecisiete pasajeros y eran las 8:30 pm. Sí, ya ve que, si no salimos así, no es negocio. Al poco